Todos los días desde que me levanto y durante varios momentos a lo largo del día me llega la visión de una escultura que había en casa de mi abuelita.
Muchas veces ni siquiera pongo tanta atención a la imagen de la escultura, sino que esta imagen desencadena imágenes de personas específicas muy cercanas a mí pero que sé que no veré en mucho tiempo pues están demasiado distantes físicamente. La visión dura a lo mucho un par de segundos.
Me sé obsesiva, suelo ver números dobles por todos lados o hacer operaciones matemáticas con ellos, pero a diferencia de las obsesiones que me han llegado a molestar, la visión de la estatua tiene un efecto positivo en mí pues me hace sentir algo muy fuerte que me activa de alguna manera como si mucha energía se soltara dentro de mí.
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